La piel es el órgano más grande y extenso de nuestro cuerpo. De acuerdo con expertos, un adulto promedio posee una superficie de alrededor de dos metros cuadrados que puede pesar cinco kilogramos o más. Es importante porque no solo nos protege de entes externos sino que está en permanente relación con el funcionamiento del resto de nuestro organismo.
Cuídalas
La piel es un órgano vivo que se mantiene activo las 24 horas del día, es capaz de regenerarse, es resistente y flexible. Requiere que aprendamos a cuidar de ella, especialmente, porque está encargada de protegernos y está expuesta a agentes contaminantes que tenemos a nuestro alrededor y no percibimos. Uno de los signos de que no la estamos cuidando correctamente es la resequedad, y aunque algunas personas suelen ser más propensas a sufrir de esto, es importante prestar atención a estos detalles y otorgarle los nutrientes y cuidados necesarios para que pueda lucir saludable y tersa.
Productos adecuados
Cuando se sufre de resequedad en el rostro es importante encontrar productos que funcionen bien para nuestro tipo de piel. Cada persona es diferente y no todos los cosméticos disponibles en el mercado funcionan igual en todos los casos. Por eso, es recomendable asistir con un experto, como un dermatólogo, que pueda guiar acerca de los cuidados requeridos.
Tratamiento
En líneas generales, todas las cremas son ricas en colágeno son beneficiosas para la piel porque reponen la elasticidad que se va perdiendo con la edad. Es esa característica (la elasticidad) lo que permite que nuestra piel se vea fresca, saludable y tenga mayor firmeza. Por tanto, los productos ricos en colágeno, vitamina B5 (ayuda a combatir las arrugas y tener una piel más tersa), y cremas hidratantes, entre otras, son opciones sugeridas para comenzar a tratar nuestra piel y otorgarle esos nutrientes que no está recibiendo.
Codos
Son la parte del cuerpo mayormente olvidada y suelen ser propensos a presentar problemas de resequedad. Las causas pueden diversas, y esto se debe a que son la parte de nuestro cuerpo que se encuentran mayormente expuestas a diferentes superficies al servirnos de apoyo. Esto genera hiperqueratosis, lo que provoca que la piel sea más gruesa debido a la acumulación de queratina lo que posteriormente se traduce en resequedad. Otras de las causas es el uso de lociones o cremas abrasivas, déficit de nutrientes como vitamina E y A o por falta de una higiene adecuada en el área.
Para solucionarlo, lo mejor es utilizar exfoliantes a la hora de bañarse y con la esponja ir tratando de eliminar la capa de piel muerta. También la utilización de cremas hidratantes ricas en colágeno, vitamina E y Aloe vera son ideales luego del baño, porque esto permite que la piel con los poros abiertos absorba todo esos nutrientes.
Es importante beber cerca de dos litros de agua diarios para tener una piel más saludable.